Ciencia de amor

No sé. Sólo me llega, en el venero

de tus ojos, la lóbrega noticia

de Dios; sólo en tus labios, la caricia

de un mundo en mies, de un celestial granero.

 

¿Eres limpio cristal, o ventisquero

destructor? No, no sé… De esta delicia,

yo sólo sé su cósmica avaricia,

el sideral latir con que te quiero.

 

Yo no sé si eres muerte o eres vida,

si toco rosa en ti, si toco estrella,

si llamo a Dios o a ti cuando te llamo.

 

Junco en el agua o sorda piedra herida,

sólo sé que la tarde es ancha y bella,

sólo sé que soy hombre y que te amo.


Dámaso Alonso