Soneto XLIII

 A mi Sra. D.ª Dolores Perinat de Pacheco

¡Lo que puede el tiempo!

1848


Volviome loco una mujer hermosa
diez lustros ha: lloré, seguí su huella,
vi el soberano bien cifrado en ella,
y ensalcé su beldad en verso, en prosa.

   Dije que sus mejillas a la rosa          
prestaron su carmín; que no tan bella
fue la madre de Amor; llamela estrella,
cielo, sol, querubín, arcángel, diosa.

   ¡Mas hoy qué diferencia, cara amiga!
¡Tanto pueden los años!... ¡Ay! perdona
que tan amarga sequedad te diga:

   siempre que veo tu gentil persona
exclamo, cuando más, ¡Dios te bendiga!
y vuélvome tranquilo a mi poltrona.

Juan Nicasio Gallego

Soneto XIII

    ¿Qué imposibles no allana la hermosura?
¿Quién no cede a su hechizo soberano?
A donde llega su poder tirano
la fábula, la historia lo asegura.
   Renuncia Adán la celestial ventura         
su dulce halago resistiendo en vano:
por ella Paris el valor troyano
arma y conduce a perdición segura.
   De una manzana la belleza rara
causó de entrambos la desdicha fiera,
que de su amor los gustos acibara;
   mas si a verte llegasen, mi Glicera,
el uno de tu mano la tomara;
el otro a tus encantos la rindiera.

Juan Nicasio Gallego

Cuando Nace un Hombre

Cuando nace un hombre

siempre es amanecer aunque en la alcoba

la noche pinte negros cristales.


Cuando nace un hombre

hay un olor a pan recién cocido

por los pasillos de la casa;

en las paredes, los paisajes

huelen a mar y a hierba fresca

y los abuelos del retrato

vuelven la cara y se sonríen.


Cuando nace un hombre

florecen rosas imprevistas

en el jarrón de la consola

y aquellos pájaros bordados

en los cojines de la sala

silban y cantan como locos.


Cuando nace un hombre

todos los muertos de su sangre

llegan a verle y se comprueban

en el contorno de su boca.


Cuando nace un hombre

hay una estrella detenida

al mismo borde del tejado

y en un lejano monte o risco

brota un hilillo de agua nueva.


Cuando nace un hombre

todas las madres de este mundo

sienten calor en su regazo

y hasta los labios de las vírgenes

llega un sabor a miel y a beso.


Cuando nace un hombre

de los varones brotan chispas,

los viejos ponen ojos graves

y los muchachos atestiguan

el fuego alegre de sus venas.


Cuando nace un hombre

todos tenemos un hermano.



Angela Figuera Aymerich

Cargado de mortal melancolía

Cargado de mortal melancolía,

de angustia el pecho y de memorias lleno,

otra vez torno a vuestro dulce seno,

campos alegres de la patria mía.


¡Cuán otros, ay, os vio mi fantasía,

cuando de pena y de temor ajeno,

en mí fijaba su mirar sereno

la infiel hermosa que me amaba un día!


Tú, que en tiempo mejor fuiste testigo

de mi ventura al rayo de la aurora,

selo de mi dolor, césped amigo;


pues si en mi corazón, que sangre llora,

esperanzas y amor llevé conmigo,

desengaños y amor te traigo ahora.


Juan Nicasio Gallego