Pasa fugaz la alegre primavera,
Rosas sembrando y coronando amores,
Y el seco estío, deshojando flores,
Haces apiña en la tostada era.
Mas la estación a Baco lisonjera
Torna a dar vida a campos y pastores;
Y ya el invierno anuncia sus rigores,
Al tibio sol menguando la carrera.
Yo una vez y otra vez vi en mayo rosas,
Y la mies ondear en el estío;
Vi de otoño las frutas abundosas;
Y el cielo estéril del invierno impío:
Vuelan las estaciones presurosas…
¡Y sólo dura eterno el dolor mío!...
Francisco Martinez de la Rosa