SONETO XVII

Perdido ando, señora, entre la gente, 
sin vos, sin mí, sin ser, sin Dios, sin vida; 
sin vos, porque no sois de mí servida; 
sin mí, porque no estoy con vos presente;

sin ser, porque de vos estando ausente 
no hay cosa que del ser no me despida; 
sin Dios, porque mi alma a Dios olvida 
por contemplar en vos continuamente;

sin vida, porque ya que haya vivido, 
cien mil veces mejor morir me fuera 
que no un dolor tan grave y tan extraño.

¡Que preso yo por vos, por vos herido, 
y muerto yo por vos d'esta manera, 
estéis tan descuidada de mi daño!

Francisco De Figueroa