La Gitanilla

Cuando Preciosa el panderete toca 
y hiere el dulce son los aires vanos, 
perlas son que derrama con las manos; 
flores son que despide de la boca.

Suspensa el alma, y la cordura loca, 
queda a los dulces actos sobrehumanos, 
que, de limpios, de honestos y de sanos, 
su fama al cielo levantado toca.

Colgadas del menor de sus cabellos 
mil almas lleva, y a sus plantas tiene 
Amor rendidas una y otra flecha.

Ciega y alumbra con sus soles bellos, 
su imperio amor por ellos le mantiene, 
y aún más grandezas de su ser sospecha.

Miguel de Cervantes